domingo, 26 de agosto de 2007

Estupidez y humor. Bendita conjugación.


Tiene que ser fantástico eso de de vivir en la necedad continua. Que la mente de uno mantenga siempre unos parámetros lineales planos, sin altibajos. Inventar un mundo profundamente simple, y acomodarse a él. Ello no puedo sino generar envidia en nosotros. Cuantos problemas, cuantas precoupaciones se ahorrarán aquellos que consigan vivir en la más absoluta estupidez.

Decía Goethe sobre esto que contra la estupidez, hasta los dioses luchan en vano. Y no le faltaba ápice alguno de razón. Quizás sea por lo que tiene de confortable el obrar como un estúpido, por el ahorro de juicio crítico sobre nuestros pensamientos y acciones.

Algunos de los que formamos esta asociación quisimos hacer un pequeño experimento sobre esta temática, si bien los resultados eran fácilmente pronosticables a priori. El mismo consistía en comprobar la reacción de los denominados "colectivos antifascistas" ante nuestra actividad propagandística. Como decimos, esa reacción era más o menos previsible. Y es que, tal y como suponíamos, la actividad "antifascista" no se caracteriza precisamente por la originalidad, ni en las formas ni en el fondo. Comprobamos que daba igual el mensaje que vertiéramos, ya fuera la exigencia del derecho a una vivienda digna o el cese de los flujos ilegales de inmigración, la crítica a la especulación bancaria o la reivindicación de una pensión digna para los taxidermistas. La respuestas apuntaban siempre en la misma dirección; el "antifascismo manda" y nosotros éramos unos racistas ignorantes. El razonamiento es simple hasta el extremo. Para los "antifascistas" cualquier consigna acompañada de algún símbolo identitario debe ser eliminada, pues no es más que una manifestación de un brote de racismo criminal. Y ello aunque se trate de lemas como "Anticapitalismo Militante", da lo mismo. Al igual que un niño de 5 años, en un acto de asociación mental básica, identifica una vacuna como algo negativo, los "antifascistas" al uso entienden igualmente que cualquier propaganda acompañada de, por ejemplo, una cruz céltica, es igualmente dañina. Aunque posteriormente la vacuna proteja al niño de la enfermedad y la normalización de la vivienda exigida en el cartel también beneficie al "antifascista". Nuestras suposiciones, por tanto, quedaron confirmadas en un alto grado. Los "antifascistas" por regla general adolecen de una grave estupidez. Pero por si las conclusiones no fueran suficientemente claras y evidentes, hemos descubierto estos días que hay sujetos que quieren ir más allá. En un alarde de indigencia mental digno de admirar, ha hecho su aparición en escena "Respuesta Anarquista Joven", grupo dedicado, como el lector imagina instantáneamente, a la lucha antifascista, concretizada en nosotros mismos. Dudoso honor que nos corresponde, el ayudar a dotar un poco de sentido la existencia de estos individuos. Y es que uno podría llegar a deseperarse, a pensar que la raza humana está fatalmente condenada. Sin embargo, conviene ahorrarse irritaciones en balde. Ante tal muestra de patanismo y ausencia aguda de discernimiento, el humor se presenta como la receta más eficaz. Nada mejor que unas buenas carcajadas entre amigos. Y es que si la risa otorga salud, estos jovenes revolucionarios nos están regalando años de vida.

Algo que no podemos sino agradecer.

Porque poca gente puede dudar ya que la actitud del "antifascismo" hoy en día camina irremediablemente hacia el ridículo más estrepitoso. Mientras vivimos procesos económicos y políticos a nivel global que cambian el mundo de una manera vertiginosa, estos grupos siguen empeñados en cazas de fantasmas que no llevan a ningún lado, en buscar esvásticas y camisas pardas debajo de las piedras. Dando lugar a un movimiento sin norte, sin esencia alguna, sin alma. Anacronismo en estado puro y duro. Aquello del "No pasarán" en un tiempo de mercados globales, de índices nikeis y Dow Jones. Así es su desdicha, el motivo de nuestra risa.

jueves, 23 de agosto de 2007

Devotio Ibérica

...Creemos, asimismo, que un hombre no debe medirse por su remuneración a final de mes o el patrimonio que posea, sino por su honor, su valentía, el amor a lo suyo y los suyos y su buena voluntad. Y esa convicción es la que nos hace despreciar a aquellos que especulan comprando y revendiendo viviendas, aprovechándose de la lamentable situación de este sector en nuestro país. Y como este, mil ejemplos más.

Frente a ello, nuestra consigna. Anticapitalismo militante, sincero y auténtico. Fundamentado en las más profundas raíces de nuestras ideas y desprovisto de la histeria ridícula de la extrema izquierda.

Un lema rotundo contra las multinacionales, los grandes bancos, los espacios de libre comercio, los lavados de cerebro consumista, la mercantilización de la enseñanza y todas aquellas organizaciones y maniobras políticas o empresariales que coarten con sus grilletes en forma de dinero la libertad de los hombres y las naciones.


Extracto de Anticapitalismo Militante. Devotio Ibérica Número 2.

Podéis solicitar cualquier número de D.I. a través de respuesta_joven@hotmail.com

miércoles, 22 de agosto de 2007

Turquía, la Unión Europea y Gaddafi.


En torno al amplio debate sobre Turquía y su factible entrada en la Unión Europea, hemos encontrado una opinión cuando menos llamativa. Se trata de un artículo Muammar Al-Gadafi, el más que controvertido y polémico lider libio. El artículo en sí se encuentra lejos de rebosar calidad o arrojar datos relevantes en lo referido a esta cuestión, pero resulta curioso que una persona situada en la latitud geopolítica de Gaddafi vierta estas impresiones. Salvando el tono mesiánico con que se excede en el último párrafo, resulta un texto interesante y entretenido.
Os dejamos con él.

lunes, 20 de agosto de 2007

Alain de Benoist


Quienes conozcan y hayan seguido mínimamente la obra política y filosófica de Alain de Benoist, prestigioso pensador francés precursor de la denominada "Nueva Derecha", habrán observado la evolución que desde hace un tiempo han experimentado sus líneas maestras de pensamiento. Ese cambio es notorio, incluso admitido por el propio autor. Hay quien hoy en día ve en él la imagen de un disidente venido a menos, un intelectual contestario domesticado con el tiempo por la fuerza de la corrección política. Otros, sin embargo, siguen considerando a Benoist un referente perfectamente válido de la escena cultural y política alternativa.

Nosotros vamos a evitar el pronunciamiento simplista. Es evidente que Alain de Benoist ha sufrido ciertos cambios en lo referente a sus convicciones, y puede que incluso haya pecado de ingenuo al intentar remodelar su imagen con ciertas afirmaciones vertidas en los últimos tiempos. Sin embargo, lo que este pensador francés puede ofrecer va mucho más allá que la mera discusión en torno a si ha caído o no en las redes de lo políticamente correcto. Benoist y su obra constituyen un verdadero referente para todos aquellos que creemos en Europa y su identidad. Un pozo del que extraer agua en abundancia. Algo que teniendo en cuenta la falta de iconos intelectuales e ideológicos a los que prestar atención en nuestro ambiente político lo hacen doblemente válido. Más allá, cada uno tendrá su propia valoración.




viernes, 17 de agosto de 2007

Poesía

EL INEFABLE GOZO
...Celebra el grande, el inefable goce
de vivir, de ser joven, de ser fuerte,

de hincar los dientes ávidos y blancos

en los más dulces frutos terrenales.

De posar las audaces, sabias manos

sobre todo lo más puro y secreto,

y de tender el arco contra todas

las presas que voraz deseo asecha.

De oír todas las músicas livianas,

y mirar, con pupilas fulgurantes,

la bella faz del mundo, como mira

un amante feliz a su adorada.

A ti el placer, ¡oh amiga!

¡A ti el ensueño!

¡Yo quiero revestirte la más roja

de las púrpuras regias, siquier tiña

su seda con la sangre de mis venas.

Yo quiero coronarte de albas rosas

para que así, transfigurada, cantes

la divina Alegría,

la Alegría,la Alegría, magnífica, invencible!


Gabrielle D´annunzio

martes, 14 de agosto de 2007

Campaña

Desde hace algunos meses, venimos desarrollando una campaña contra la especulación bancaria. Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos los españoles de a pie a día de hoy, especialmente la juventud. Esta campaña ha supuesto el inicio de lo que esperamos sea una serie centrada en la temática social, sobre todo en el ámbito de la vivienda y el abuso desde los centros de poder financiero.
Desde Resupuesta Joven creemos que el ámbito social, maltratado desde el poder y olvidado más de lo que nos gustaría por las opciones alternativas, ha de constituir uno de los ejes fundamentales de nuestra lucha y reivindicaciones.

Frente a la globalización, lucha social e identitaria.

domingo, 12 de agosto de 2007

I ragazzi di Budapest




Entre el 23 de octubre y el 10 de noviembre de 1.956 Hungría y, especialmente, Budapest fueron testigos de una de las mayores insurreciones populares de todo el siglo XX. Aquello que empezó como una protesta estudiantil terminó convirtiéndose en una verdadera revuelta popular que clamaba por la liberación de Hungría del yugo soviético. Esa protesta encabezada por estudiantes aquel 23 de octubre pasó rápido a ser una marcha populosa que se encaminó hacia el edificio del parlamento húngaro. Allí, la delegación de estudiantes fue recibida a disparos. A partir de entonces Hungría vivió durante más de un mes una impresionante lucha caracterizada por la desigualdad. Milicias populares contra tanques soviéticos.

El 10 de noviembre la revolución quedó oficialmente aplastada.


Algunos años después, militantes del Fronte della Gioventú italiano compusieron una canción homenaje a todos aquellos jóvenes combatientes húngaros que arriesgándolo todo salieron a la calle aquel otoño de 1.953 para luchar por la liberación de su pueblo.
Esa canción con el tiempo ha pasado a ser uno de los temas más versionados en la escena musical nacionalista italiana, todo un clásico con una letra dificilmente superable.

Avanti ragazzi di Budaavanti ragazzi di Pest
studenti, braccianti, operai,
il sole non sorge più ad Est.
Abbiamo vegliato una nottela notte dei cento
e più mesisognando quei giorni d’ottobre,
quest’alba dei giovan’ungheresi.

Ricordo che avevi un moschettosu portalo in piazza,
ti aspetto,nascosta tra i libri di scuola
anch’io porterò una pistola.
Sei giorni e sei notti di gloria
durò questa nostra vittoria
ma al settimo sono arrivati
i russi con i carri armati.

I carri ci schiaccian le ossa,
nessuno ci viene in aiuto
il mondo è rimasto a guardare
sull’orlo della fossa seduto.
Ragazza non dirlo a mia madre
non dirle che muoio stasera
ma dille che sto su in montagna
e che tornerò a primavera

Compagni noi siam condannati,
sconfitta è la rivoluzione
fra poco saremo bendati e
messi davanti al plotone
Compagno il plotone già avanza,
già cadono il primo e il secondofinita
è la nostra vacanza,
sepolto l'onore del mondo

Compagno riponi il fucile
torneranno a cantare le fonti
quel giorno serrate le filee
noi torneremo dai monti

Avanti ragazzi di Buda,
avanti ragazzi di Pest
studenti, braccianti e operai,
il sole non sorge più all'Est







http://www.musicalternativa.com/mp3/budapest.htm

Amour, Absinthe, Revolution



La web entre las webs disidentes...
Cultura, actualidad, arte, imagen. Una web coral a nivel europeo caracterizada por el particular estilo que le imprimen sus creadores.




viernes, 10 de agosto de 2007

El Manifiesto

Probablemente una de las mejores iniciativas culturales de los últimos tiempos. Aquí dejamos el texto íntegro del Manifiesto contra la muerte del espíritu, proyecto que a día de hoy cuenta con la edición de una revista de carácter bimestral.

MANIFIESTO CONTRA LA MUERTE DEL ESPÍRITU Y DE LA TIERRA

Lanzado por Javier Ruiz Portella con el respaldo de Álvaro Mutis

Quienes estampamos nuestra firma al pie de este Manifiesto no estamos movidos por ninguno de los afanes que caracterizan habitualmente al signatario de proclamas, protestas y reivindicaciones. El Manifiesto no pretende denunciar políticas gubernamentales, ni repudiar actuaciones económicas, ni protestar contra específicas actividades sociales. Contra lo que se alza es contra algo mucho más general, hondo… y por lo tanto difuso: contra la profunda pérdida de sentido que conmueve a la sociedad contemporánea.
Aún sigue existiendo, es cierto, algo parecido al sentido; algo que, por sorprendente que sea, aún justifica y llena la vida de los hombres de hoy. Por ello, el presente Manifiesto se alza, hablando con mayor propiedad, contra la reducción de dicho sentido a la función de preservar y mejorar (en un grado, es cierto, inigualado por ninguna otra sociedad) la vida material de los hombres.
Trabajar, producir y consumir: tal es todo el horizonte que da sentido a la existencia de los hombres y mujeres de hoy. Basta, para constatarlo, leer las páginas de los periódicos, escuchar los programas de radio, regodearse ante las imágenes de la televisión: un único horizonte existencial (si se le puede denominar así) preside a cuanto se expresa en los medios de comunicación de masas. Contando con el enfervorizado aplauso de éstas, dicho horizonte proclama que de una sola cosa se trata en la vida: de incrementar al máximo la producción de objetos, productos y esparcimientos puestos al servicio de nuestro confort material.
Producir y consumir: tal es nuestro santo y seña. Y divertirse: entretenerse en los pasatiempos (se denominan con acertado término: “actividades de ocio”) que la industria cultural y los medios de comunicación lanzan al mercado con objeto de llenar lo que, sólo indebidamente, puede calificarse de “vida espiritual”; con objeto de llenar, más propiamente hablando, lo que constituye ese vacío, esa falta de inquietud y de acción que la palabra ocio expresa con todo rigor.
A ello se reduce la vida y el sentido del hombre de hoy, la de ese “hombre fisiológico” que parece encontrar su mayor plenitud en la satisfacción de las necesidades derivadas de su mantenimiento y sustento. Resulta obligado reconocer, por supuesto, que en semejante empeño —muy especialmente en la mejora de las condiciones sanitarias y en el incremento de una longevidad que casi se ha duplicado en el curso de un siglo—, los éxitos alcanzados son absolutamente espectaculares. También lo son los grandes avances que la ciencia ha efectuado en la comprensión de las leyes que rigen los fenómenos físicos que conforman el universo en general y la tierra en particular. Lejos de repudiar tales avances, los signatarios del presente Manifiesto no podemos sino saludarlos con hondo y sincero júbilo.
Es precisamente este júbilo el que nos lleva a expresar nuestro asombro y angustia ante la paradoja de que, en el momento en que tales conquistas han permitido aliviar considerablemente el sufrimiento de la enfermedad, mitigar la dureza del trabajo, expandir la posibilidad del conocimiento (en un grado jamás experimentado y en unas condiciones de igualdad jamás conocidas): en un momento caracterizado por tan saludables provechos, resulta que es entonces cuando, reducidas todas las perspectivas al mero incremento del bienestar, corre el riesgo de quedar aniquilada la vida del espíritu.
Lo que peligra no son, salvo hecatombe ecológica, los beneficios materiales así alcanzados; lo que se ve amenazada es la vida del espíritu. Lo prueba, entre mil otras cosas, el mero hecho de que incluso se ha vuelto problemático usar el término “espíritu”. Es tal el materialismo que impregna los más íntimos resortes de nuestro pensamiento y de nuestro corazón, que basta utilizar positivamente el término “espíritu”, basta atacar en su nombre el materialismo reinante, para que la palabra “espíritu” se vea automáticamente cargada de despectivas connotaciones religiosas, si ya no esotéricas.
Se impone por ello precisar que no es la inquietud religiosa la que mueve a los signatarios del presente Manifiesto, independientemente de lo que éstos puedan considerar acerca de la relación entre “lo espiritual” y “lo divino”.
Lo que nos mueve no es la inquietud ante la muerte de Dios, sino ante la del espíritu: ante la desaparición de ese aliento por el que los hombres se afirman como hombres y no sólo como entidades orgánicas. La inquietud que aquí se expresa es la derivada de ver desvanecerse ese afán gracias al cual los hombres son y no sólo están en el mundo; esa ansia por la que expresan toda su dicha y su angustia, todo su júbilo y su desasosiego, toda su afirmación y su interrogación ante el portento del que ninguna razón podrá nunca dar cuenta: el portento de ser, el milagro de que hombres y cosas sean, existan: estén dotados de sentido y significación.
¿Para qué vivimos y morimos nosotros: los hombres que creemos haber dominado el mundo…, el mundo material, se entiende? ¿Cuál es nuestro sentido, nuestro proyecto, nuestros símbolos…, estos valores sin los que ningún hombre ni ninguna colectividad existirían? ¿Cuál es nuestro destino? Si tal es la pregunta que cimienta y da sentido a cualquier civilización, lo propio de la nuestra es ignorar y desdeñar tal tipo de pregunta: una pregunta que ni siquiera es formulada, o que, si lo fuera, tendría que ser contestada diciendo: “Nuestro destino es estar privados de destino, es carecer de todo destino que no sea nuestro inmediato sobrevivir”.
Carecer de destino, estar privados de un principio regulador, de una verdad que garantice y guíe nuestros pasos: semejante ausencia —semejante nada— es sin duda lo que trata de llenar la vorágine de productos y distracciones con que nos atiborramos y cegamos. De ahí proceden nuestros males. Pero de ahí procede también —o mejor dicho: de ahí podría proceder, si lo asumiéramos de muy distinta manera— toda nuestra fuerza y grandeza: la de los hombres libres; la grandeza de los hombres no sometidos a ningún Principio absoluto, a ninguna Verdad predeterminada; el honor y la grandeza de los hombres que buscan, se interrogan y anhelan: sin rumbo ni destino fijo. Libres, es decir, desamparados. Sin techo ni protección. Abiertos a la muerte.
Esbozar la anterior perspectiva no significa, ni que decir tiene, resolver nada. Contrariamente a todos los Manifiestos al uso, no pretende éste apuntar medidas, plantear acciones, proponer soluciones. Ya ha pasado afortunadamente el tiempo en que un grupo de intelectuales podían imaginarse que, plasmando sus ansias y proyectos en una hoja tan blanca como el mundo al que pretendían modelar, iba éste a seguir el rumbo fijado. Tal es el sueño —el señuelo— del pensamiento revolucionario: este pensamiento que, habiendo conseguido poner los fórceps del poder al servicio de sus ideas, sí logró —pero con las consecuencias que sabemos— transformar el mundo durante unas breves y horrendas décadas.
El mundo no es en absoluto la hoja en blanco que se imaginaban los revolucionarios. El mundo es un fascinante y a veces aterrador libro trenzado de pasado, enigmas y espesor. No pretenden pues los firmantes del presente Manifiesto plasmar ningún nuevo programa de redención en ninguna nueva hoja en blanco. Pretenden ante todo, y ya sería mucho, conglomerar voces unidas por un parecido malestar.
Ya sería mucho, en efecto: pues lo más curioso, por no decir lo más inquietante, es que semejante malestar no haya encontrado hasta la fecha ningún auténtico cauce de expresión. Aún más angustioso que la propia muerte del espíritu, es el hecho de que, salvo algunas voces aisladas, dicha muerte parece dejar a nuestros contemporáneos sumidos en la más completa de las indiferencias.
Por ello, el primer objetivo que se propone este Manifiesto es el de saber en qué medida tales reflexiones son susceptibles de suscitar un mínimo, mediano o (acaso) amplio eco. A pesar del pesimismo que embarga a este Manifiesto, late en él la descabellada esperanza de pensar que no es posible que sólo algunas voces aisladas se alcen a veces para oponerse al sentir que caracteriza a nuestro tiempo. En la medida en que dicho sentir siga siendo dominante, es evidente que inquietudes como las aquí expresadas sólo podrán plasmarse en un grito, en una denuncia. Esto es obvio. Pero no lo es el que semejante grito no figure siquiera inscrito en aquel talante crítico, impugnador y transgresor, que tanto había caracterizado a la modernidad, al menos durante sus inicios. Como si todo fuera de lo mejor en el mejor de los mundos, casi nada queda de aquella actitud crítica: lo único que hoy mueve a la protesta son las reivindicaciones ecologistas (tan legítimas como encerradas, las más de las veces, en un chato materialismo), a las que cabría añadir los restos de un comunismo igual de materialista y tan trasnochado que ni siquiera parece haber oído hablar de los crímenes que, cometidos bajo su bandera, sólo son equiparables a los realizados por el otro totalitarismo de signo aparentemente opuesto.
Desvanecido el talante inquieto y crítico que honró antaño a la modernidad, entregado nuestro tiempo a las exclusivas manos de los señores de la riqueza y del dinero —de ese dinero cuyo espíritu impregna por igual a sus vasallos—, sólo queda entonces la posibilidad de lanzar un grito, de expresar una angustia. Tal es el propósito del presente Manifiesto, el cual, además de lanzar dicho grito, también pretende posibilitar que se abra un profundo debate. Ni que decir tiene que tanto las cuestiones explícitamente apuntadas aquí, como las muchas otras que éstas implican, no pueden encontrar su cabal expresión en el breve espacio de un Manifiesto. Por ello, ya se verían abundantemente colmados los propósitos de éste, si a raíz de su publicación se abriera un debate en el que participaran cuantos se sintieran concernidos por las inquietudes aquí esbozadas.
Apuntemos tan sólo algunas de las cuestiones en torno a las cuales podría lanzarse tal debate. Si “el tema de nuestro tiempo”, por parafrasear a Ortega, no es otro que el constituido por esta profunda paradoja: la necesidad de que se abra un destino para los hombres privados de destino y que han de seguir estándolo; si nuestra cuestión es la exigencia de que se abra un sentido para un mundo que descubre —aunque encubierta, desfiguradamente— todo el sinsentido del mundo; si tal es, en fin, nuestro “tema”, la cuestión que entonces se plantea es: ¿mediante qué cauces, a través de qué medios, de qué contenido, de qué símbolos, de qué proyectos… puede llegar a abrirse semejante donación de sentido?
La anterior paradoja —disponer y no disponer de destino; afirmar un sentido establecido sobre el sinsentido mismo del mundo—; todo este arriesgado pero enaltecedor ejercicio de equilibrio sobre el abismo, todo este mantenerse en la movediza “frontera” que media entre la tierra firme y el vacío: ¿no se parece todo ello al abismo, a la paradoja misma del arte: del verdadero arte, del que nada tiene que ver con el entretenimiento que se vende hoy bajo su nombre? “Tenemos el arte para no perecer a causa de la verdad”, es decir, de la racionalidad, decía Nietzsche. Quizá sí, quizá sea el arte lo que pudiera sacar al mundo de su abulia y torpor. Para ello, haría falta desde luego que la imaginación artística recobrara nuevo impulso y vigor. Pero ello no bastaría. También haría falta que, dejando de ser tanto un entretenimiento como un mero ornamento estético, el arte recuperara el lugar que le corresponde en el mundo; pasara a ser asumido como la expresión de la verdad que el arte es y que nada tiene que ver con la mera contemplación efectuada por un ocioso espectador.
Ahora bien, ¿es ello posible en este mundo en el que no sólo la banalidad y la mediocridad, sino la fealdad misma (fealdad arquitectónica y decorativa, fealdad vestimentaria y musical…) parece estar convirtiéndose en uno de sus ejes centrales? ¿Es posible esta presencia viva del arte en un mundo dominado por la sensibilidad y el aplauso de las masas? ¿Es posible que el arte se instale en el corazón del mundo sin que reviva —pero ¿cómo?— lo que fue durante siglos la auténtica, la vivísima cultura popular? Dicha cultura ha desaparecido hoy, inmolada en el altar de una igualdad que mide a todos por el mismo rasero, que impone a todos la sumisión a la única cultura —la culta— que nuestra sociedad considera posible y legítima. ¿No es pues la cuestión misma de la igualdad —la de sus condiciones, posibilidades y consecuencias— la que queda de tal modo abierta, la que resulta ineludible plantear?
Esbocemos una última cuestión, quizá la más decisiva. Toda la desespiritualización aquí denunciada está íntimamente relacionada con lo que cabría denominar el desencanto de un mundo que ha realizado el más profundo de los desencantamientos: ha aniquilado a las fuerzas sobrenaturales que, desde el comienzo de los tiempos, regían la vida de los hombres y daban sentido a las cosas. No hace falta insistir en la necesidad de dicho desencantamiento para explicar los fenómenos físicos que conforman el universo. Imprescindibles resultan para ello las armas de una razón cuyas conquistas materiales (tanto teóricas como prácticas) están sobradamente probadas. Ahora bien, ¿no son estas mismas armas y estas mismas conquistas las que lo pervierten todo, cuando, dejando de aplicarse a lo material, intentan dar cuenta de lo espiritual? ¿No es el poder de la razón el que lo reduce todo a un mecánico engranaje de causas y efectos, de funciones y utilidades, cuando pretende encarar la significación del mundo, cuando intenta enfrentarse al sentido de la existencia? El fondo del problema, ¿no estriba en este desmesurado poder que se ha atribuido el hombre al proclamarse no sólo “dueño y señor de la naturaleza”, sino también dueño y señor del sentido? Sólo gracias a la presencia del hombre, es cierto, surge, se dispensa esta “cosa”, la más portentosa de todas, a la que denominamos sentido. Pero de ello no se deriva en absoluto que el hombre disponga del sentido, sea su dueño y señor, domine y controle un misterio que siempre le trascenderá.
Semejante trascendencia no es en el fondo otra cosa que lo que, durante siglos, se ha visto expresado bajo el nombre de “Dios”. Enfocar las cosas desde tal perspectiva, ¿no equivale pues a plantear —pero sobre bases radicalmente nuevas— la cuestión que la modernidad había creído poder obviar para siempre: la cuestión de Dios?
Dejemos abierta, al igual que las anteriores, esta última cuestión: la de un insólito dios (quizá conviniera por ello escribir su nombre con minúscula), la cuestión de un dios que, careciendo de realidad propia —no perteneciendo ni al mundo natural ni al sobrenatural—, sería tan dependiente de los hombres y de la imaginación como éstos lo son de él y de ésta. ¿A qué mundo, a qué orden de realidad podría pertenecer semejante dios? No podría desde luego pertenecer a ese orden sobrenatural cuya realidad física hasta ha sido desmentida… por Su Santidad el Papa, quien en julio de 1999 —pero nadie se enteró— afirmaba que “el cielo […] no es ni una abstracción ni un lugar físico entre las nubes, sino una relación viva y personal con Dios”. ¿Dónde puede morar dios, en qué puede consistir la naturaleza divina, si ningún lugar físico le conviene, si sólo de una “relación” se trata? ¿Dónde puede morar dios, sino en este lugar aún más prodigioso y maravilloso que está constituido por las creaciones de la imaginación?
Plantear la cuestión de dios no es otra cosa, en últimas, que plantear la cuestión de la imaginación, interrogarnos sobre su naturaleza: la de esa fuerza que, a partir de nada, crea signos y significaciones, creencias y pasiones, instituciones y símbolos…; esa fuerza de la que quizá todo dependa y de la que el hombre moderno, como no podía ser menos, también se pretende dueño y señor. Así lo cree este hombre que, mirando con condescendiente sonrisa a los signos y símbolos de ayer o de hoy, exclama burlón: “¡Bah, sólo son imaginaciones!”, mentiras, pues.e carácter trimestral.

Miré los muros...


Miré los muros de la patria mía,

si un tiempo fuertes ya desmoronados

de la carrera de la edad cansados

por quien caduca ya su valentía.

Salíme al campo: vi que el sol bebía

los arroyos del hielo desatados,

y del monte quejosos los ganados

que con sombras hurtó su luz al día.

Entré en mi casa: vi que amancillada

de anciana habitación era despojos,

mi báculo más corvo y menos fuerte.

Vencida de la edad sentí mi espada,

y no hallé cosa en que poner los ojos

que no fuese recuerdo de la muerte.


Francisco de Quevedo

1580-1645

Jugend Offensive


He aquí un buen ejemplo de militancia. Desde tierras germanas, Jugend Offensive.
www.jugend-offensive.info

jueves, 9 de agosto de 2007

Militancia


La militancia ha de ser un compomente indispensable y absolutamente necesario en todos nosotros. Y más que la militancia, el sentido militante. La imposición a nosotros mismos de obligaciones para con nuestro movimiento político, unas obligaciones que nos lleven a hacer de nuestra ideología, de nuestros valores, una causa a la que en buena medida dedicar nuestros esfurzos y energías.

La foto de arriba simboliza en buena medida nuestra situación. Frente a las luces de neón de las grandes compañías situadas al fondo y sobre nosotros, los muros grises de las ciudades, las farolas y señales de tráfico, cualquier lugar vistoso en el que ubicar una pegatina, se convierte en nuestro medio natural. Nuestros medios y posibilidades son infinitamente inferiores, por eso sólo nos queda como mejor herramienta de lucha la militancia y el compromiso.

Una militancia que ha de ser constante, diaria y entregada, y que sobre todo, ha de tomarse con naturalidad. Pegar 100 pegatinas en una semana ha de ser visto como el ejercicio más natural.

Un ejercicio que de manera continuada hará, aunque resulte difícil creerlo, que avancemos posiciones. Y que a día de hoy se convierte en la única fuente de la que disponemos para poder lograr algo de importancia.

martes, 7 de agosto de 2007

Unamuno


Reproducimos a continuación un poema de Miguel de Unamuno, una de las mentes más brillantes, pulcras y auténticas alumbrada por la hispanidad en los dos últimos siglos. Al igual que hacemos en las páginas de Devotio, iremos utilizando también este blog para publicar artículos, biografías, ensayos etc de los autores españoles y europeos más relevantes.

Y es que, nadie lo dude, la verdadera lucha política empieza por uno mismo; su pensamiento, su formación y personalidad.
Que lo disfrutéis.

Corral de muertos, entre pobres tapias, hechas también de barro, pobre corral donde la hoz no siega, sólo una cruz, en el desierto campo señala tu destino. Junto a esas tapias buscan el amparo del hostigo del cierzo las ovejas al pasar trashumantes en rebaño, y en ellas rompen de la vana historia, como las olas, los rumores vanos. Como un islote en junio, te ciñe el mar dorado de las espigas que a la brisa ondean, y canta sobre ti la alondra el canto de la cosecha. Cuando baja en la lluvia el cielo al campo baja también sobre la santa hierba donde la hoz no corta, de tu rincón, ¡pobre corral de muertos!, y sienten en sus huesos el reclamo del riego de la vida. Salvan tus cercas de mampuesto y barro las aladas semillas, o te las llevan con piedad los pájaros, y crecen escondidas amapolas, clavelinas, magarzas, brezos, cardos, entre arrumbadas cruces, no más que de las aves libres pasto. Cavan tan sólo en tu maleza brava, corral sagrado, para de un alma que sufrió en el mundo sembrar el grano; luego sobre esa siembra ¡barbecho largo! Cerca de ti el camino de los vivos, no como tú, con tapias, no cercado, por donde van y vienen, ya riendo o llorando, ¡rompiendo con sus risas o sus lloros el silencio inmortal de tu cercado! Después que lento el sol tomó ya tierra, y sube al cielo el páramo a la hora del recuerdo, al toque de oraciones y descanso, la tosca cruz de piedra de tus tapias de barro queda, como un guardián que nunca duerme, de la campiña el sueño vigilando. No hay cruz sobre la iglesia de los vivos, en torno de la cual duerme el poblado; la cruz, cual perro fiel, ampara el sueño de los muertos al cielo acorralados. ¡Y desde el cielo de la noche, Cristo, el Pastor Soberano, con infinitos ojos centelleantes, recuenta las ovejas del rebaño! ¡Pobre corral de muertos entre tapias hechas del mismo barro, sólo una cruz distingue tu destino en la desierta soledad del campo!


En un cementerio de lugar castellano.
Miguel de Unamuno.

Roma







A principios del mes de julio, 3 miembros de Respuesta Joven junto a uno de Alfonso X realizamos un viaje de varios días a Roma. Allí nos alojamos en Casa Pound, edificio ocupado por el Mutuo Sociale en su lucha contra la especulación y por una vivienda digna para todas las familias italianas. Esta casa constituye ya todo un símbolo de lucha y un referente para los militantes nacionalistas de todo el continente. En ella, además de tener su sede en la capital italiana el partido Fiamma Tricolore, se gestan las principales actividades en la cruzada contra la usura inmobiliaria y sirve de punto de encuentro para la juventud romana más idealista y comprometida.

Además de la estancia en Casa Pound, acudimos a otros lugares claves de este movimiento, como el pub Cutty Sark, la librería La Testa di Ferro o el último y más reciente edificio ocupado por el Mutuo; Casa d´Italia Prati. En conjunto podemos decir que esta organización, en colaboración con otros grupos y asociaciones, ha conseguido crear una verdadera red alternativa de lucha política frente a la sociedad oficial italiana, que lejos de estancarse avanza notoriamente día a día.

Por lo que, inevitablemente, la conlcusión no puede ser otra; Roma merece la pena, y mucho. El ejemplo de una juventud militante y comprometida junto a los paseos por el Foro Romano le inducen a uno a pensar que se encuentra en otra época, muy alejada del año 2.007.

Roma es un pequeño remanso de paz dentro de una Europa invadida por el estrés de los negocios en las grandes ciudades. Puede que a buen seguro sea la capital europea más caótica en lo que a tráfico se refiere, pero su estructura y fisionomía, sus calles, monumentos, la actitud de su gente la convierten en una verdadera excepción en la Europa de nuestros días.

Un auténtico océano de cultura, al que habría que dedicar plenamente varios meses para empezar a dominar.

En un momento en el que la identidad, las notas de autenticidad de las naciones europeas desaparecen agónicamente en pos de un mundo global conectado e integrado, ir a Roma es como tomar un soplo de aire fresco. Se trata de un gran vistazo al pasado, que a cualquiera llena de orgullo, y una pequeña esperanza para el presente, incrementada por la actividad incesante de los jóvenes, algunos no tanto, militantes del Mutuo Sociale.

Así es Roma, una verdadera alegría para los sentidos y un pequeño cargamento de optimismo para el espíritu.









miércoles, 1 de agosto de 2007

Campaña de pintadas


Hemos iniciado hace una semana una nueva campaña de pintadas en aquellas ciudades donde contamos con asociados. La temática de las mismas es diversa, si bien destacan las centradas en el ámbito de la vivienda y la inmigración junto a los lemas propios de nuestra asociación, como Anticapitalismo Militante o La Juventud Disidente.

Se trata de un nuevo intenta por dar a nuestras ciudades un toque alternativo y nacionalista dentro de nuestras posibilidades.


Respuesta Joven, la juventud en lucha.

¿Por qué el Pensamiento Denegado?


Primero porque pensamos. Porque frente a un mundo mecánico y frenético, marcado por la irreflexibidad, nosotros poseemos unas convicciones firmes. Ideas apasionadas frente a una gris realidad. Valores y actitudes que orientan nuestra conducta. Respuestas propias frente a realidades creadas por el ser ajeno.

Segundo porque ese pensamiento ofende y molesta. Sólo es prohibido aquello que incomoda. Y hablar de comunitarismo frente al mercantilismo, lo hace. De autenticidad frente a la ética de la moderación, también. Nada peor que una oposición radical al fondo, a la esencia misma de esta civilización capitalista.

He ahí el por qué del Pensamiento Denegado.

¿Aspiramos a revoluciones inmediatas? En absoluto. Sería algo estúpido y absurdo. De momento nos conformamos con mantener y difundir nuestra actitud crítica, nuestras ideas de rebeldía.

Afirmamos a Europa, a las naciones que la componen y la verdadera libertad.

Yeste es nuestro grito; subversión, juventud y autenticidad frente al imperio de la mediocridad. Nada más.

Devotio Ibérica Nº 3


Ya está disponible el tercer número de nuestro fanzine, Devotio Ibérica. El contenido en esta opcasión es el siguiente:

-Editorial -Opinión: España y la imbecilidad -Colaboraciones: A contra España -Movimiento Asociacionista -Entrevista a EDENIA -Nacionalismo europeo: Italia III -Cultura: Pío Baroja
-Ideología: Antagonismo Realista -Actividades

Su precio es de 1 € el ejemplar, y podéis solicitarlo a respuesta_joven@hotmail.com

Nace el Blog de Respuesta Joven


Ponemos a vuestra disposición por primera vez un espacio en la red para que podáis acercaros al día a día y la actividad de la asociación Respuesta Joven.

Con la mayor continuidad posible, trataremos de ir actualizando el Blog con información, artículos, actividades y eventos de interés. Nuestra intención es la de ofrecer un nuevo referente para militantes alternativos, elaborado con la intención de contribuir a la construcción de un movimiento identitario y social fuerete y actual.


Esperamos que lo disfrutéis.