sábado, 28 de febrero de 2009

miércoles, 25 de febrero de 2009

Cuando la valentía destapa a los cobardes

Vergüenza, humillación o malestar general. Estos deben ser algunos de los síntomas que deben padecer los abertzales de Lazkao, pueblo vasco en el que ETA ha cometido su último atentado. Y deben sentirse así porque un sólo hombre, a plena luz del día y a cara descubierta (práctica antitética a las que acostumbran estos individuos) ha respondido a este atentado de la forma más contundente que ha podido; destrozando martillo en mano la sede de D3M, siglas a través de las cuales el entramado etarra pretendía concurrir a las elecciones vascas. La explicación a tan explícito comportamiento es sencilla a la par que triste; este hombre, hijo de un ex-concejal socialista, vivía en la planta superior de la casa del pueblo socialista que ETA destrozó con el atentado, de manera que ha perdido su vivienda con la explosión. Ello unido a las amenzas que con anterioridad había recibido su familia motivó que este decidido ciudadano pagara a los abertzales no con su misma moneda, sino con aquella que utilizan los valientes, los que no tienen que cubrir su rostro con pasamontañas ni hacer dianas en viviendas particulares de madrugada. Lo más sangrante para los batasunos ha sido que a falta de coraje entre ellos para arrebatarle el martillo a este hombre, ha tenido que ser la ertzaintza quien lo redujera. Si, ese mismo cuerpo contra el que atentan y al que tachan de fascista, ha tenido que ir en ayuda de los "radicales". Por si fuera poco, una de estas pobres almas se ha jactado de que "le iban a meter 8 años". De nuevo, curioso. Aquellos que consideran a la justicia un brazo represor del Estado español, animan la actuación judicial en este caso.
Desde luego, si les quedara algo de dignidad mañana tendrían que sacar todos los pasamontañas y taparse la cara, porque la lección que hoy han recibido ha sido de órdago.
Una pena que este valiente ciudadano tenga ahora que responder judicialmente de una acción que no queda más que apalaudir. Y que nadie lo dude; varios miles más de hombres como este y el entramado abertzale quedaría reducido a un puñado de chistes sobre unos tíos con greñas, argollas en las orejas y camisetas de rayas.
Como no podía ser menos, a las pocas horas se colgaron varias pancartas acusando al valiente de fascista. Ya lo dice el refrán; no se le pueden pedir peras al olmo.

Y seguimos


Los Jemeres Rojos

Hace algo más de un año, y ante el anuncio de la constitución del Tribunal Penal Internacional Especial para juzgar los crímenes contra la humanidad cometidos en Camboya, elaboramos un artículo en este blog donde comentamos con cierta dureza la tardanza demencial en constituir este órgano, que los medios políticos y de comunicación -oficialistas- califican de justicia.
Hoy, después de ver como el inicio de la labor del Tribunal ha despertado algo de atención en la prensa internacional, volvemos a comentar la jugada. A la dureza de nuestro artículo anterior, queremos añadir una reflexión sobre el rol de la Comunidad Internacional en estos casos.
De nuevo, huelga decir que tardar treinta años en constituir un Tribunal para juzgar a los criminales comunistas responsables del mayor genocidio de la historia contemporánea (con la muerte de casi un tercio de la población del país) es un verdadero insulto a las víctimas. Tenemos en cuenta las circunstancias concretas de este caso, las dificultades nacidas por la inestabilidad a posteriori del país y las reticencias en muchos aspectos de los gobiernos camboyanos posteriores. Pero si el Tribunal de Nüremberg fue establecido a renglón seguido de finalizar la II Guerra Mundial, si el TPI de La Haya para la antigua Yugoslavia lleva casi dos lustros de funcionamiento e igual sucede con el existente en Rwanda, no entendemos la tardanza en este caso. Como tampoco entendemos por qué se optó por la fórmula de Tribunal especial, que requiere de la colaboración entre la ONU y las autoridades locales. Que ha producido el que se hable de corrupción, falta de financiación al Tribunal y conflictos entre juristas camboyanos y extranjeros. De hecho, no entendemos casi nada del sentido de justicia aplicado por la Comunidad Internacional. No entendemos por qué se bloqueó y embargó a Serbia, mientras Israel incumple casi como una actividad estatal más las resoluciones de la Asamblea General de la ONU, tampoco entendemos por qué hay genocidas terribles azotados por esa Comunidad Internacional y los medios de comunicación que son juzgados y merecen todos los males del mundo, mientras otros salen completamente indemnes de su actividad criminal.
A Ratko Mladic, general serbo-bosnio acusado de la matanza de 8.000 bosnios musulmanes, todo el mundo lo conoce como el perfecto ejemplo de criminal impasible y maligno, gracias a la profusa labor de la prensa auspiciada por la dichosa Comunidad Internacional. Vamos, gracias a los intereses de sólo algunos de los países integrantes de la Comunidad Internacional. Sin embargo, si interrogamos a cualquier paisano por la calle acerca de Pol-Pot y los Jemeres Rojos camboyanos es probable que piensen que estamos hablando de una salsa para rollitos de primavera. Igualmente, Alemania y de nuevo la Comunidad Internacional condenan la actitud del Vaticano por rehabilitar a un obispo negacionista. Sin embargo, la clase política alemana olvida por completo hacer memoria histórica en torno a la stasi y la brutal represión y crímenes cometidos por las autoridades de la RDA.
¿Cuál es entonces el criterio a seguir para condenar a genocidas y criminales? Pues teniendo en cuenta los ejemplos históricos, ello no depende del número de muertes que causen los criminales, sino de lo bien o mal que caigan a quienes manejan los resortes del poder. Si te llamas Ariel Sharon, aunque poseas un oscuro pasado marcado por el ataque a campamentos de refugiados civiles, con miles de muertes, podrás morir por causas naturales en la cama de un hospital. Si en cambio tu nombre es el de Slobodan Milosevic y se te acusa de actividades de limpieza étnica, morirás también por muerte natural. Sólo que entre los barrotes de una celda de la ONU. Esa es la diferencia entre caer bien y mal.
¿Conclusión? Aparte de que la justicia internacional posee unos criterios irrisorios, los Jemeres Rojos no debían caer excesivamente mal a esos señores que auspician la creación de Tribunales Internacionales.

miércoles, 18 de febrero de 2009

Rebélate. En campaña, 3ª parte.

Los militantes de Respuesta Joven en Algeciras también han dado inicio a la campaña rebélate por tierras campogibraltareñas. En una comarca machacada por los efectos de la crisis, con el cierre de la industria papelera y expendientes de regulación de empleo en factorías de importantes compañías como Acerinox o CEPSA, la voz de auellos que apuestan por otra forma de hacer las cosas debe hacerse sentir con fuerza.



jueves, 12 de febrero de 2009

Rebélate. En campaña, 2ª parte.

En los últimos días los militantes de Respuesta Joven han acelerado el ritmo de la campaña Rebélate. Cientos de carteles a todo color y varias decenas de pancartas cubren numerosos muros. Las pegadas se están llevando a cabo en tres ciudades; Granada, Almería y Algeciras. Y como no hay ningún indicio que indique que la nefasta situación socioeconómica que vivimos presente un horizonte claro, vamos a incrementar la intensidad de las acciones de propaganda. En espera de que al menos no todos los jóvenes asistan impasibles a su propio funeral.







También en Almería


http://rjalmeria.blogspot.com

sábado, 7 de febrero de 2009

Los mass media

La semana pasada, a cuenta del rifi-rafe televisivo entre La Sexta e Intereconomía, el presidente de la Asociación de Periodistas de Madrid realizó unas declaraciones en las que arremetía contra la falta de profesionalidad de estos dos medios en particular, y del pésimo nivel de este oficio en general. Síntoma inequívoco de que a los periodistas en sentido estricto, cuantitativamente una especie amenzada, les empieza a picar en demasía el rumbo que está tomando la profesión.
Ya hemos dedicado algún que otro artículo en el blog a esta cuestión, pero la programación diaria, la superación constante de esperpentos en -prime time-, obliga a aumentar la contundencia de los comentarios. Cuando en busca de mayores cuotas de audiencia se saltan todas las vallas de la ética, el sentido común y el respeto, dentro de una loca competición entre cadenas, los comentarios comedidos pasan a ser un sinsentido. Ayer mismo, un programa nocturno de Telecinco, emisora carnicera por excelencia, jugaba a los detectives con padres desesperados y acusaciones al aire de por medio. Hoy, los informativos de La Sexta desarrollarán veinte minutos de guión tendencioso y simplista. Y mañana, Cuatro desarrollará un nuevo formato estúpido para hacer creer a los jóvenes que bailar con ropa rapera delante de una cámara es realizar un sueño.
Manipulación, ausencia de rigor, falta absoluta de objetividad, suplantación de profesionales o amarillismo. Estos son algunos de los ingredientes con los que trabaja el cóctel televisivo. Pero un cóctel capaz de condicionar agendas, políticas e institucionales, y crear corrientes de opinión entre masas de personas. E ahí el peligro. Y he ahí el motivo por el que una regulación exhaustiva de calidad y contenidos es lo que echamos en falta. Eso, además del cierre ipso facto de determinadas cadenas, verdaderas productoras de inmundicia masiva y contaminación visual. Todo por la audencia, y cuanto más escabroso y sensacionalista mejor.
¿Qué hacer ante ese lema? Muy, muy fácil. No ver la tele.
Existiendo películas como Los 300, DVD´s de Zetazeroalfa o Massimo Morsello, libros de Benoist, de Jünger, de Sunic, revistas como Disidencias o Nihil Obstat, artículos de Reverte los fines de semana y música alternativa por doquier, la pregunta se transforma en ¿quién quiere ver la televisión?

lunes, 2 de febrero de 2009

Suerte con los exámenes

Desde la Asociación Respuesta Joven deseamos suerte a todos aquellos universitarios, nosotros en buen número lo somos, que se enfrentan estas semanas a los parciales de febrero.
Como en todo, quienes hayan hecho los deberes con anterioridad, verán recogidos sus frutos.

Lo dicho, mucha suerte. Sobre todo, bendita subjetividad, a nuestros militantes y conocidos.