domingo, 23 de mayo de 2010

Crónica homenaje al General Castaños

El pasado 1º de mayo la Asociación Cultural Respuesta Joven organizó un acto de homenaje a la figura del General Castaños en la ciudad de Algeciras.

La razón de emplear el día del trabajador para realizar un acto de tales características se resumía en el encabezado del cartel; "La rebeldía de nuestros héroes". Ello porque lejos de secundar con este evento una movilización social artificial e instrumentalizada por las grandes organizaciones sindicales, los militantes de Respuesta Joven salimos a la calle para reafirmar nuestra oposición, nuestro carácter antagonista y disidente, desde el recuerdo a uno de nuestros grandes héroes. Para nosotros, la movilización no es fruto de una coyuntura negativa en términos económicos, sino de un posicionamiento claro y determinado ante la vida. De una concreta visión de las cosas.


En la concentración participaron una treintena de jóvenes a los que se unieron varias familias y numerosos transeúntes que paseaban por el algecireño Parque de María Cristina.Además, la televisión local realizó una entrevista a uno de los dos oradores que presentaron el homenaje.


Como anécdota, cabe señalar la coincidencia junto a la manifestación sindical, que discurrió apenas a unos 20 metros del lugar dónde se situaba el acto de Respuesta Joven, y desde la que se profirieron numerosos insultos contra los que participábamos en el homenaje. Insultos que fueron contestados con un grito claro: "Esta es la juventud de España", que al tiempo fue recibido con numerosos aplausos por los algecireños que decidieron unisre a nuestra concentración.

miércoles, 28 de abril de 2010

sábado, 26 de diciembre de 2009

El derecho a celebrar nuestra historia

Al acercarse el final de este año también se aproxima en el tiempo una de las primeras, y más importantes, fiestas granadinas. El día de la toma, conmemoración centenaria de la entrada en la ciudad de los Reyes Católicos y la consiguiente incorporación del último bastión nazarí al dominio de la incipiente nación española.
Y como cada año, también hace su aparición la polémica en torno a esta histórica celebración. Pues hay para quienes ese acontecimiento, insistimos, histórico, debe ser introducido en un baúl aparcado, arrojando la llave que lo cierra a lo más profundo del mar. ¿El motivo? Los hechos acaecidos no son de su agrado, no encajan con la moderna ideología de quienes denostan este festejo popular al que cada año acuden cientos de granadinos.

Este conjunto de opositores a la fiesta, granadinos y no granadinos en su composición, viene repitiendo desde hace unas décadas aspavientos sistemáticos, con mediano eco mediático y diminuto social, en un evidente intento por cambiar el estado de las cosas. Hasta tal punto es así que entre sus intenciones figura no la supresión de la fiesta, sino su transmutación profunda. Su idea es la de cambiar un acontecimiento que consideran rancio, ofensivo y fuera de lugar, a cuenta de la que para ellos es su evidente significación racista actual, por otro en el que, a pesar de faltar a la verdad histórica, se agrade no al conjunto de la población, sino a ese sector minoritario fuertemente ideologizado que ve en el mestizaje y los inventos multiculturales la panacea universal.

Pero detengámonos en la atrevida afirmación realizada. Faltar a la verdad histórica. Porque aunque pueda sonar a afirmación absoluta, con su consiguiente efecto pretencioso, así es. Lo contrario sería poner en evidencia la existencia de un enfrentamiento, complejo en su seno indudablemente, pero que durante ocho siglos de duración enfrentó a dos religiones y culturas sobre el suelo de la península ibérica. Y que a pesar de ese entramado enredado, lleno de pactos y traiciones, de héroes y villanos, culminó con las capitulaciones de Santa Fe y la posterior Toma granadina. Del mismo modo que la romanización de la península comenzó con el desembarco de Rosas, aunque existan catalanes que puedan considerar este acontecimiento una invasión imperialista.

La Historia admite, ello es lo que da lugar al debate y la investigación, interpretaciones varias. Lo que sin embargo no puede consentirse de ninguna forma es la manipulación, cuando no destrucción, de los acontecimientos que conforman la historia de nuestro país. Acontecimientos sin los cuales entender nuestra realidad resulta imposible.

Por este motivo, la respuesta ante ataques como el que cada año se realiza sobre esta festividad tan arraigada en Granada ha de apuntar en una única dirección; la de la rotundidad. Permitir que individuos con unos intereses políticos más que evidentes desdibujen la historia de nuestra ciudad y también de España, supondría cometer un error de dimensiones descomunales. Hechos centenarios como este, imprescindibles en la ulterior formación española, deben conservarse, cuidarse y mimarse como piezas únicas conservadas de ese gran puzle que es la historia de España. Ello, el poder mantener nuestra historia viva, alcanza de manera indudable la categoría de derecho. A defender frente a quienes aupados por subvenciones de la Administración y una ideología de cortas miras y mala leche pretenden arrebatárnoslo.

Nada mejor para ello, que acudir el próximo día 2 a la Plaza del Carmen acompañados de familiares y amigos, para gritar con la misma fuerza y naturalidad que estamos orgullosos de nuestra historia y queremos seguir preservándola.

2 de enero


2 de enero; ¡Granada siempre por España!

viernes, 25 de diciembre de 2009

De la sostenibilidad y el progresismo

Hace unos años, un encuentro con tales características hubiera pasado completamente inadvertido. De hecho, con toda probabilidad no hubiera tenido lugar, reduciéndose en todo caso a dos o tres puntos de un programa electoral que, de cara a la galería incluiría unas bonitas referencias estereotípicas al desarrollo sostenible. Por si picaba algún amigo de la tierra despistado.
Pero ahora la situación fuerza a la inventiva, a sacar cosas de la nada y crear densas cortinas de humo. ¡A vender progresismo toca!

Con estas, el encuentro se vendió por todo lo alto. Los medios de comunicación hablaban de la celebración de una especie de congreso sobre energía en el que intervendrían destacados líderes socialistas, inclusive nuestro ilustre Presidente del Gobierno. Nadie sabía con exactitud de que se trataba, pero la expectación crecía a cada momento.

Y así, entre rumorología y vaticinios, llegó la hora de la verdad. En un montaje esperpéntico, a medio camino entre el show de Larry King y el de Oprah Winprhey, dentro de una burda imitación de un montaje electoral norteamericano orquerstada por algún lumbreras de la comunicación política, fueron suciediéndose las apariciones de la cúspide socialista patria. Pajín y Aído, Pepe Blanco y ZP. Pero también viejos tipos duros, como Ibarrra o Chaves, desfilaron por la alfombra roja, cual entrega de premios Oscar, que desembocaba en un escenario en torno al cual miles de militantes socialistas aguardaban a que se desvelara el muy buen guardado secreto que estaba a punto de ser anuncuiado. Los tambores hicieron redobles, las piernas del público temblaron y la emoción embargó hasta al apuntador. Y, por fín, ZP habló.


España tendrá una nueva Ley de Economía Sostenible, una nueva arma legislativa extrapresupuestaria, ingeniada por el más progresista de los gobiernos mundiales. Planetarios incluso. Porque sí, que lo sepa todo el mundo: nuestro ejecutivo ha encontrado la solución a la penosa situación económica que todos vivimos.

La solución está en el reciclaje y las energías renovables. Se acabaron el ladrillo y el petróleo. Tan fácil como eso. Sólo un auténtico lince podía acercarse a tan elaborada idea.


Desde luego había que ser un socialista muy convencido, un parroquiano ejemplar, de esos que son más papistas que el propio Papa, para que a uno no se le quedara cara de tonto. Porque los oradores, uno tras uno, no dejaron de repetir que el Gobierno español había tomado las riendas, captando la dinámica de los tiempos y trayendo a colación lasoluciones más progresistas jamás diseñadas.

Visto lo visto, la consideración de nuestro ejecutivo, y en consonancia de la élite socialista, sobre los ciudadanos españoles no es muy elevada. Hay que llegar a la categoría de imbécil para pensar que progresismo es una ley que dice que el modelo productivo en el que se basaba la economía hodierna está agotado y que hay que apostar por otras vías. De hecho, representa todo lo contrario, constituyendo el perfecto ejemplo de medida reactiva, propia de un Gobierno a remolque de las circunstancias.

Que los combustibles fósiles tienen las horas contadas es algo que se sabe desde hace décadas. Es notorio que los países de los petrodólares llevan tiempo reinventando su estructura económica, orientándola sobre todo hacia el ámbito turístico.

Ahí está el, parece que fracasado, ejemplo dubaití. Y aunque también se anunciara a bombo y platillo el acuerdo petrolero con Venezuela, todo el mundo sabe que la calidad del crudo caribeño dista mucho de ser la ideal.


Si este hortera montaje mediático se hubiera llevado a cabo en el 2.005, la credibilidad socialista hubiera sido desde luego mayor. No absoluta, pero sí mayor. Hubiera reflejado la existencia de un proyecto e ideas propias, de determinación política. Pero casi cinco años después, el ejecutivo socialista no engaña a casi nadie. Salvo, claro está, a los que conscientemente se dejan engañar.

Pero quizás, lo peor y más llamativo de todo esto sea lo del progresismo, la repetición machacona de ese concepto idealizado hasta el infinito. Que si el desarrollo sostenible es progresismo, que si el Gobierno que lo aplica es muy progresista, que si España tiende al progresismo.

Pero, ¿qué quiere decir en realidad progresismo? Todo el mundo oye hablar de esta expresión, merced a nuestra socialdemocracia, tanto política como mediática, pero nadie tiene ni pajolera idea de que significa. Aído llena su boca a diario dos o tres veces con la expresión, gustándose y tratando de seducir a los ya mencionados parroquianos, cual paradigma conductor, alumbrador de la verdad universal y absoluta, proyectada en cuestiones que nos hacen avanzar a los españoles, como la despenalización por plazos del aborto o la Ley de la Memoria Histórica.


Por este motivo resulta interesante, de cara a desmontar la estafa dialéctica de quienes nos gobiernan, recordar las palabras del profesor Gustavo Bueno en una de sus últimas obras: "La idea moderna de progreso, es decir, la idea de progreso lineal acumulativo, tal y como se formalizó en la Francia del Siglo XVIII (Turgot, Condorcet...), como la idea de Revolución Política abierta, había comenzado en España a formarse, a raíz del descubrimiento de América, cuando los conquistadores o cronistas (Hernán Cortes o Bernal Díaz del Castillo), que conocían suficientemente los textos de la antigüedad griega y romana, habían podido constatar objetivamente que sus descubrimientos y hazañas superaban ampliamente los descubrimientos y hazañas de los antiguos". (Bueno, G. El mito de la derecha, 26:2.008).

El refrito legislativo que representa la Ley de Economía Sostenible dista mucho, en puridad de ser progresismo. Siquiera de acercarse a la idea genuina de progresismo. Mucho más estudiada por otros teóricos, como el profesor Bueno, que por los propios socialistas.

Si acaso, podrá considerarse un buen engañabobos, propio de quienes ven en el lenguaje vacío y en el marketing político todo un fin.

jueves, 24 de diciembre de 2009

Ier aniversario de Iberia Cruor

Respuesta Joven estuvo presente en el primer aniversario de la Asociación Iberia Cruor, a la que desde aquí felicitamos por la exitosa labor que está llevando a cabo y que corrobora el aumento progesivo en la calidad de sus actos. Más de medio centenar de jóvenes participaron a lo largo del pasado día 19 de diciembre en un evento cultural de gran nivel, marcado por su contenido contestatario y disidente.

Os dejamos con la crónica del evento:






jueves, 10 de diciembre de 2009

Conferencia Tratado de Lisboa


El sábado 5 de abril celebramos en Granada una conferencia sobre el Tratado de Lisboa y la configuración de la UE naciente, a cargo de uno de los responsables de Respuesta Joven.
En la misma, se realizó un breve repaso por los orígenes de esta organización, deteniéndose en los aspectos más relevantes resultantes de cada Tratado ratificado por los estados miembros para concluir en el vigente texto, que justo empieza a desplegar sus efectos en este mes de diciembre.
El ponente resaltó las cuestiones más relevantes del texto nacido en Lisboa, como la adhesión de nuevos países, con una extensa referencia al hipotético caso turco, el modelo de organización resultante, en clara relación al papel que se reserva para los estados nacionales, o los principios rectores en materia social y económica.
Finalmente, se realizó una valoración general de la situación en la que se encuentra la UE, con la afirmación de algunos logros conseguidos a lo largo de todo el proceso de construcción comunitaria y, sin embargo, los numerosos hándicaps de que adolece la organización.
En resumen, asistimos a una grata jornada de reflexión y conocimiento sobre uno de los temas de mayor vigencia, pero sobre todo importancia, en la actualidad.