La joven y atractiva Ministra de Igualdad, Bibiana Aído, ha publicado hoy en el diario El País un artículo de opinión a cuenta del proyecto de Ley sobre el aborto que el Gobierno está preparando. La frase que lo abre, y que nos ha descubierto una faceta oculta de nuestra ministra, dice así : "La madre de Clara no podía creer que, 30 años después, su hija fuera a repetir su propia historia. La suya ocurrió a finales de los años setenta, muy poca experiencia y un embarazo a los 18. Lo cierto es que tuvo que reunir dinero, coger un avión y abortar fuera de España".
Este enternecedor comienzo, es seguido por página y media más de conmovedora argumentación que utiliza por partes iguales el racionalismo y la literatura.
"Quienes se oponen a que España equipare su legislación en esta materia a la de los países de su entorno; quienes se resisten a que adaptemos la norma a los conocimientos científicos actuales y subsanemos los errores de la actual ley; quienes todavía cuestionan la autonomía de las mujeres, lo que buscan es reabrir el debate público que se cerró hace 25 años. Esto es, no pretenden mejorar el instrumento con el que ahora cuentan las mujeres en nuestro país para ejercer su derecho, sino, sencillamente, abolirlo".
Impecable, de verdad. Los líderes socialistas pueden estar orgullosos de la joven triunfadora andaluza. Ha interiorizado a la perfección la esencia del ideario progresista preconizado por su partido. El ir hacia delante, progresar, pasa por abandonar viejas categorías de valores. Por crear conceptos nuevos, acordes a la posmodernidad. El Estado de Derecho y las garantías democráticas tal y como las conocemos están muy bien. Pero los derechos sexuales de segunda generación necesitan abrirse paso. Y junto a ellos, otro amalgama de derechos. Si, derechos, como el consumo de drogas blandas, el reconocimiento pleno de los transexuales etc. Derechos que convertirán a nuestras sociedades en lugares mejores. Ahí está Holanda sino, el eterno ejemplo. Una sociedad completamente sana, segura y equilibrada.
Y con suerte, así será España dentro de poco. Un lugar donde jovencitas de 16 años podrán abortar con total libertad hasta las 22 semanas, gracias a la confianza y seguridad que el Estado debe reportarles. Un lugar donde dar fin a un feto de 4 meses y medio, por no haber utilizado métodos anticonceptivos, forme parte de un "íntimo", una "decisión personal", tal y como afirma la ministra en su artículo. Esta es la nueva sociedad que se abre paso. La de los derechos y la relativización cuasi-absoluta. Derecho a abortar, derecho a decidir, derecho a consumir. Pero ninguna obligación. Ninguna exigencia de responsabilidad, de sentido común. Ni siquiera una tan sencilla como pedir a jóvenes que reciben clases de educación sexual desde 1º de la ESO y disponen de anticonceptivos gratuitos en centros juveniles que tomen precauciones. Para qué. En la nueva concepción "Todos tienen derecho a todo" acabar con un proyecto, incluso bastante avanzado, de vida humana suplirá la ausencia de latex.
Pero claro, es el nimio precio que hay que pagar por ser progres. Que eso de ser los más modernos está muy caro y hay que ponerse las pilas.
Suerte que tenemos a Bibiana Aído de conejito duracell.