
Pero demos algunos datos más sobre el asunto:
-Según la EPA, en marzo había ya más de un millón de hogares con todos sus miembros en edad activa parados, el doble que en el año anterior.
-Según el INE, entre enero y marzo se destruyeron 766.000 empleos, la mayor cifra en 32 años.
-Según el INE, la destrucción de empleo se cifra en 1,8 millones en el último año.
-Y lo que es peor; el Gobierno no ha acertado en una sola de sus predicciones desde que saltó a la palestra la dichosa crisis. Ni una sola. Es más, David Vergara ha tenido que reconocer que los datos eran "peores de lo esperado". Señal de que el optimismo barato, de todo a 1 €, al que ZP nos tenía, y tiene, acostumbrados, comienza a desgastarse de manera preocupante.
Dos aspectos más a señalar. Primero; según una encuensta del Instituto Elcano el 68% de los españoles cree que se debe valorar la nacionalidad en los contratos. Es decir, prioridad nacional. Ayer mismo, el sector de la industria naval de Sestao hizo un paro durante toda la mañana reclamando esto mismo.
Y es que aunque para los informativos de Cuatro este hecho sólo represente una desagradable consecuencia social de la crisis, es evidente que el trabajador español, más en estos momentos, comienza a hartarse del racismo económico practicado por las empresas, que redunda en la discriminación de los trabajadores nacionales.
Segundo; el porcentaje de paro entre los jóvenes de hasta 30 años con titulación superior ha crecido hasta un 70%. Es decir, licenciados y diplomados al paro en masa.
El cartel de nuestra campaña Rebélate insistía en la necesidad de ponerse en marcha ante una perspectiva de 3,5 millones de parados. Ahora que superamos con creces esa cifra, sería bueno remarcar aquello de que permanecer sentado en el sofá a día de hoy no es una opción. Menos para los jóvenes.
Por la movilización social.