lunes, 19 de noviembre de 2007

Movimiento Asociacionista III

Esta es la última entrega del movimiento asociacionista. Como ya comentábamos, se trata de una aportación abierta a sugerencias, comentarios y propuestas. Por eso, si tenéis algo que decir no lo dudéis un instante.

-------------------------------¿Por qué trabajar desde asociaciones?-----------------------------------------
Las asociaciones, a la hora de desarrollar una actividad política o relacionada con esta, conllevan una serie de ventajas frente a los partidos políticos u otro tipo de organizaciones como por ejemplo los sindicatos.
La puesta en marcha de una asociación, desde el punto de vista jurídico, es mucho más simple que la de un partido. Requiere, a la hora de llevar a cabo una actividad, de un número no muy elevado de militantes, bastando tres personas para su legalización.
El hecho de no tener que concurrir a procesos electorales hace que sus objetivos sean mucho más flexibles, siendo inexistente la valoración de la actividad realizada en función de los votos obtenidos.
Su composición puede ser reducida, con pocos integrantes se pueden conseguir bastantes éxitos en el área a la que dedique su labor.
También destaca como ventaja la posibilidad de recibir subvenciones de diferentes instituciones públicas. Y es que este es un aspecto importantísimo de cara a suplir las habituales dificultades económicas de la mayoría de las organizaciones, y poder desarrollar un trabajo constante.
Añadamos a esto que creando asociaciones resulta más fácil llegar a diferentes ámbitos, esto es,
podemos diversificar el trabajo.
Así se hace posible iniciar una lucha que abarque desde el deporte a la política, pasando por la naturaleza, la cultura o la música.
--------------¿En qué consistirían y cómo funcionarían las asociaciones?---------------------------------
Financiación. Junto al habitual soporte económico basado en las aportaciones y donativos de militantes y simpatizantes, las asociaciones legales permiten como ya hemos señalado, recibir, en determinados casos y cumpliendo ciertos requisitos, subvenciones de instituciones públicas. Unas veces esas subvenciones consisten en aportaciones económicas, otras, como en el caso de las asociaciones universitarias, pueden conllevar la cesión de locales y equipamiento.
Por tanto, la estrategia en este sentido debe encaminarse de manera primordial a insistir en la concesión de las citadas subvenciones.
Al margen, y en el caso de que lo anterior no fuera posible, otra vía comúnmente utilizada consiste en la realización y venta de material propio, tal como camisetas, sudaderas, banderas, chapas etc. Esta forma de obtener recursos además de sencilla resulta práctica y muy eficaz, si bien los ingresos obtenidos con ella no serán muy elevados a menos que la tirada y venta de material también lo sea.
La fijación de una cuota periódica es un medio que conviene establecer por dos razones; primero, porque permite disponer de una cantidad fija de dinero, y segundo porque es una buena forma de contribuir a crear un cierto compromiso entre los asociados.
Lo ideal, no obstante, sería una combinación de las tres fuentes, que posibilitaría contar con una economía consolidada.
Estructura y organización. Cuanto más simple sea la estructuración y reparto de cargos, tanto mejor.
La asignación de los mismos debe hacerse únicamente en base a la capacidad que cada miembro tenga para llevar a cabo un concreta tarea, evitando que en una misma persona recaigan varias ocupaciones.
Para el caso, con existir un presidente que dirija, lleve la iniciativa y coordine la actividad, un tesorero que se ocupe de los asuntos económicos y un encargado de material y propaganda, será suficiente, ya que en la mayoría de los casos es probable que las asociaciones no cuenten con más de diez o quince miembros.

--------------¿Qué posibilidades tiene este tipo de actuación política en España?-------------------------
Decir que si hoy mismo empezamos a trabajar en la creación de una estructura asociativa, mañana disfrutaremos de un movimiento político amplio y consolodidado, puede equivaler a eso del -España va bien- del simpático José María Aznar.
Por eso conviene no engañarse. Ni España iba bien en aquel momento ni nosotros conseguiremos resultados apreciables a corto plazo.
Empezar desde cero siempre resulta difícil, y más si tenemos en cuenta el actual estado de las cosas. La precaución debe guiar todos los pasos que sa vayan dando, en el caso de que nos decidamos a andar.
Al hecho de que a día de hoy apenas existen un par de asociaciones más o menos consolidadas en la línea que nos interesa debemos añadir que la materia prima con que contamos no es excesivamente buena. El movimiento asociativo está basado más en lo cualitativo que en lo cuantitativo. Y lo malo es que en España carecemos de ambos elementos.
Sin embargo no importa. En un pueblo de Guadalajara hay un hombre que construye el solo y con sus propias manos toda una catedral, y la verdad sea dicha no le va mal del todo. Si nos comparamos con este afanoso católico septogenario, nuestra tarea es bastante más simple.
Todo se reduce a la voluntad, a las ganas de hacer un trabajo serio con que contemos.
Lo primero es hablar, debatir y pensar muy bien cómo hacer las cosas. Un planteamiento teórico previo es fundamental para el posterior desarrollo de la actividad. Dejar clara la línea política, las formas con las que se va a actuar y los objetivos reales a que se puede aspirar.
Hecho esto, podemos decir que actualmente existen cinco o seis núcleos de militantes, con un cierto recorrido y experiencia política, que pueden ser los que den los pasos iniciales para la creación de asociaciones.
Si esos núcleos deciden ponerse en marcha iniciando desde la coordinación y el contacto continuo actividades con un cierto nivel de planificación, es posible que quede sembrado el germen para la edificación de un movimiento asociacionista.
El grado de crecimiento del mismo dependerá de la calidad del trabajo realizado. Desde aquí creemos que para dar frutos, ese trabajo debe ir encaminado, de manera importante, a la formación de los militantes en una línea política seria, afianzada y actual. Con asociaciones en las que los militantes cuenten con una mentalidad consolidada y realista, pueden hacerse campañas políticas y actos de calidad, alejados de las chapuzas a las que por desgracia estamos acostumbrados. Y esa debe ser la máxima aspiración. Porque entonces, situados en ese nivel y trabajando de forma diaria, puede que no gocemos de una red de casas ocupadas, pero si será posible contar con 70 militantes coordinados y realizar uno o dos actos cada mes.

Ahora nos toca la primera fase; hablar, reflexionar y hacer propuestas. Y para ello una mesa redonda podría ser un buen paso. Si interesa, que comience el debate.