sábado, 18 de octubre de 2008

Ya lo decía Solzhenitsyn...

"Hasta que no llegué a Occidente y pasé dos años observando alrededor mío, no pude nunca imaginar cómo una extrema degradación ha producido un mundo sin voluntad, un mundo cada vez más petrificado frente al peligro que tiene que afrontar...Hoy todos estamos al borde del cataclismo histórico, una inundación se tragará la civilización y cambiará las épocas... El alma humana desea cosas más elevadas, más cálidas y más puras que las que se ofrecen hoy a las masas, desde el estupor televisivo a la música insoportable...
La actual conciencia humana, irreligiosa y autónoma, ha fabricado un pobre hombre a la medida de las cosas de esta tierra, un hombre imperfecto, que no se halla nunca libre de orgullo, del interés egoísta, de la envidia, de la vanidad y de docenas de otros defectos. Estamos ahora pagando los errores que no valoramos correctamente al inicio del viaje. En la dirección del renacimiento de nuestros días hemos enriquecido nuestra experiencia, pero hemos perdido totalmente la noción de una entidad suprema, que es la única capaz de contener nuestras pasiones y nuestra irresponsabilidad".