viernes, 28 de marzo de 2008
Fortaleza
¿Es posible resistir las tentaciones que este mundo globalizado nos pone al alcance de la mano? Cada día menos. La resistencia en un medio que lo impregna todo, acercándose a lo absoluto paso a paso, se presenta como algo sumamente dificil. Es fácil odiar el turismo masificado que los vuelos de bajo coste han propiciado, convirtiendo la catedral de Florencia en un hormiguero humano, pero es aun más sencillo sucumbir y poder viajar por 70 euros ida y vuelta hasta Edimburgo. Así es, cuanto más profundizamos en la era de la tecnología extrema y el consumo exacerbado, más complicado no resultará mantener la coherencia entre nuestros actos cotidianos y las ideas que engalanan nuestro espíritu. Amamos nuestra tierra, creemos en un mundo diferente, alejado del tanto tienes tanto vales, y hablamos de la preservación de la identidad en unos tiempos de multiculturalidad por imposición. Pero al mismo tiempo consumimos prácticamente igual, en las mismas formas y maneras, a grandes rasgos, que aquellos para quienes asumir una posición antagonista es perder su tiempo. ¿Culpa nuestra? En parte si, en parte no. Repetimos, la resistencia es ardua y complicada. También pecamos de debilidad. ¿Qué nos queda? Desarrollar nuestra fortaleza, creer con pasión en lo que defendemos, y esperar que nuestra entrega coseche sus frutos.