Mañana tendrán lugar las elecciones de las que saldrá el nuevo gobierno y, por lo tanto, presidente de nuestro país. Sobre la campaña electoral en sí hemos preferido no pronunciarnos, ya que lo consideramos un esfuerzo poco productivo; sólo hay dos opciones con probabilidades ciertas de obtener una victoria, y todo parece apuntar a que el PSOE repetirá mandato. Así de simple, tanto, que no creemos que merezca más comentario. Nosotros, los jóvenes, continuaremos con los mismos problemas; trabajos mal remunerados y sin posibilidades de acceder a una vivienda. Nuestra identidad será agonizando frente a una mundialización cada día más palpable. Los tenderos seguirán cerrando ante el aluvión de comercios chinos de bajo coste. Algunas fábricas más cerrarán dejando en el paro a varios miles de trabajadores para trasladar su producción a plantas del este de Europa o Asia. Y así un largo etc. Por eso, nosotros, jóvenes socialpatriotas del año 2.008, estamos obligados a pasar un poco por alto estos procesos electorales. De momento, y hasta que seamos capaces de consolidar una alternativa fuerte y creíble, con capacidades reales en el plano parlamentario, hemos de encaminar nuestra mirada y, sobre todo, nuestros esfuerzos hacia otros horizontes. Trabajar por una base militante y organizativa sólida encaminada a la lucha contra la globalización es el único esfuerzo a día de hoy que vale la pena. Y ese trabajo es duro y arduo, pues apenas está comenzado. ¿Son importantes estas elecciones? Desde luego. Pero para nosotros no.
sábado, 8 de marzo de 2008
Para nosotros no
Mañana tendrán lugar las elecciones de las que saldrá el nuevo gobierno y, por lo tanto, presidente de nuestro país. Sobre la campaña electoral en sí hemos preferido no pronunciarnos, ya que lo consideramos un esfuerzo poco productivo; sólo hay dos opciones con probabilidades ciertas de obtener una victoria, y todo parece apuntar a que el PSOE repetirá mandato. Así de simple, tanto, que no creemos que merezca más comentario. Nosotros, los jóvenes, continuaremos con los mismos problemas; trabajos mal remunerados y sin posibilidades de acceder a una vivienda. Nuestra identidad será agonizando frente a una mundialización cada día más palpable. Los tenderos seguirán cerrando ante el aluvión de comercios chinos de bajo coste. Algunas fábricas más cerrarán dejando en el paro a varios miles de trabajadores para trasladar su producción a plantas del este de Europa o Asia. Y así un largo etc. Por eso, nosotros, jóvenes socialpatriotas del año 2.008, estamos obligados a pasar un poco por alto estos procesos electorales. De momento, y hasta que seamos capaces de consolidar una alternativa fuerte y creíble, con capacidades reales en el plano parlamentario, hemos de encaminar nuestra mirada y, sobre todo, nuestros esfuerzos hacia otros horizontes. Trabajar por una base militante y organizativa sólida encaminada a la lucha contra la globalización es el único esfuerzo a día de hoy que vale la pena. Y ese trabajo es duro y arduo, pues apenas está comenzado. ¿Son importantes estas elecciones? Desde luego. Pero para nosotros no.
