"!Pobre de mí¡ Muchas veces he llegado a hastiarme del espíritu al comprobar que también la chusma es ingeniosa. Y volví la espalda a los poderosos cuando vi que lo que llamaban poder consistía en regatear y chalanear por el poder con la chusma. Me he tenido que tapar los oídos e irme a vivir entre pueblos con idiomas distintos al mío para no oírles ni entenderles cuando se pusieran a chalanear y a regatear por el poder. Me he tapado la nariz alejándome con disgusto por el pasado y el presente, porque !cómo apestan el pasado y el presente a chusma que le da por escribir¡ He vivido mucho tiempo como un paralítico que se hubiera vuelto ciego, sordo y mudo para no tener que convivir con la chusma que le da por el poder, por escribir o por disfrutar del placer. Penosa y calladamente, mi espíritu subía escaleras, aliviándose con limosnas de placer y llevando una vida semejante a la del ciego que se tiene que servir de un bastón.
¿Qué me sucedió entonces? ¿Cómo me libré de mi asco? ¿Quién me rejuveneció los ojos? ¿Cómo volé hacia esas alturas adonde no llega la chusma que se amontona en los pozos? ¿Fue mi propio asco lo que me dio alas y fuerzas para encontrar manantiales? Sí, ciertamente hube de remontarme hasta lo más alto para volver a encontrar la fuente del placer. ¡Y al final la encontré hermanos míos!"
Friederich Nietzsche
Así habló Zaratustra.