lunes, 4 de agosto de 2008

Otra de los Balcanes

A vueltas con la detención por las autoridades serbias del antiguo líder serbo-bosnio Radovan Karadzic, quien ha vivido durante casi tres lustros en la clandestinidad bajo una falsa identidad, hemos decidido lanzar al aire varias preguntas relacionadas con el asunto, y poco o nada tratadas por los principales medios de comunicación, cuya labor informativa se ha centrado en la difusión de imágenes de víctimas bosnias, de fotos de Karadzic durante su vida oculta y de los enfrentamientos tras manifestaciones de apoyo al ex-político. En la línea habitual de sensacionalismo todo a 100.
El tema de los Balcanes es sumamente complejo y delicado, por eso conviene evitar pronunciamientos vacíos de reflexión y objetividad como habitualmente suele hacerse. De ahí la consideración generalizada de que fueron los serbios los únicos responsables de los tristes y fraticidas enfrentamientos vividos en esta región europea.

Hemos echado en falta que nadie, salvo la honrosa excepción de una fiscal madrileña entrevistada por el programa Informe Semanal, se cuestionara acerca de la manifiesta falta de independencia del Tribunal Penal Internacional de La Haya para la antigua Yugoslavia. De la entrega a este órgano jurídico de Radovan Karadzic y el todavía huído Ratko Mladic se ha condicionado el inicio de las negociaciones entre Serbia y la UE para el acceso de la primera a esta organización internacional. Vulnerando de manera evidente la teórica separación que entre poderes deben guardar las instituciones. Ya lo manifestó en su día la ex-fiscal de este TPI Carla del Ponte, quien extralimitándose con sus palabras en relación a las funciones que tenía asignadas, comentó en una entrevista que sin esas entregas la adhesión de Serbias a la UE sería imposible.

No entendemos, por tanto, por qué motivo no se ha dado publicidad a este
grave condicionamiento político.
Tampoco alcanzamos a comprender la escandalización de algunas personas por el hecho de que Karadzic haya vivido todo este tiempo entre Belgrado y Austria. ¿Sucedió lo mismo con Ramush Haradinaj? No, ni de lejos. Este ex-guerrillero y narcotraficante, al que ya hemos tratado en el blog, se encontraba igualmente acusado de crimenes de guerra y lesa humanidad por el mismo TPI de La Haya, sin embargo esta circunstancia no fue óbice para que tras las elecciones de 2.004, Ramush llegara a ser Primer Ministro de Kosovo, mientras seguían pesando esas acusaciones. Nadie se escandalizó. Y tras su puesta en libertad, el tratamiento de los medios vino a ser una vigésima parte del que se ha dispensado a Karadzic. Nadie volvió a escandalizarse.

Igualmente, echamos de menos explicaciones sobre la naturaleza del TPI de La Haya para la antigua Yugoslavia.

Nadie comenta, que en su creación como órgano jurídico de carácter excepcional y urgente, hay juristas que consideran se da una interpretación extensiva del Capítulo VII de la Carta de San Francisco (ONU), pues ese capítulo faculta para la toma de acciones vinculantes siempre y cuando se trate de manetner la paz y la seguridad. Lo lógico hubiera sido que la existencia temporal del tribunal se hubiera prolongado hasta la restauración de la normalidad política y social en los Balcanes. Es curioso que un país situado a las puertas de iniciar negociaciones previas a su adhesión a la UE no tenga capacidad para juzgar a sus propios criminales.

Cabe destacar igualmente, que el establecimiento de este Tribunal es obra del Consejo de Seguridad, en cuyo seno aparecen hasta 3 miembros permanentes (de los 5 que hay) que pertenecen a la OTAN, si bien Francia limitada a una participación política. La OTAN, como se sabe, fue una organización directamente implicada en los últimos conflictos de la región. Lo que resta todavía más imparcialidad a este Tribunal.
Queda lejos el día en el que la Justicia pueda aparecer su aparición por esa castigada tierra del suereste europeo.