martes, 22 de abril de 2008

Cuando la forma eclipsa el fondo

Por primera vez en la historia democrática reciente, España cuenta con un Gobierno en el que las mujeres superan numéricamente a los hombres. En concreto, 9 mujeres frente a 8 hombres. O lo que es lo mismo, 9 ministras frente a 8 ministros. A primera vista, todo un triunfo de la mujer en su escalada progresiva hacia la cima que representa su igualdad con el hombre. Y es que apenas hay países en el mundo democrático que puedan presumir de semejante representación femenina en las más altas instancias. El presidente Zapatero, fiel a sus compromisos, ha llevado una de sus ideas, la de la paridad, a las más altas esferas. Aunque ello le haya costado alguna que otra broma del guasón primer ministro italiano Silvio Berlusconi. Pero no importa, ya que España demuestra con hechos que el progreso y la igualdad, ejes de la política social de ZP, pueden y han de llegar a todos los ámbitos. O, al menos, eso es lo que nos quieren hacer ver.
Porque la situación admite también otras visiones, sumamente diferentes.

Cuando a la hora de nombrar a los máximos responsables de la Administración del Estado, sólo se tiene en cuenta la adecuación del gabinete al discurso que se predica en mítines populistas, nos encontramos con un gran inconveniente. Que el requisito de la eficacia es sustituído por el de la imagen. Así, da igual que no se tengan apenas nociones sobre la cartera que se va a ocupar si uno da el perfil de cara al público, que no de cara al cargo. Las formas, o lo que es lo mismo, la imagen, la superficie, ocupan portadas de periódicos. Mientras el fondo queda oculto en discusiones de radio corto.

A nuestro juicio, ZP ha hecho un flaco favor al género femenino. De hecho, el favor se lo ha hecho a sí mismo utilizando a este colectivo. Posados como el de la revista Vogue contribuyen a reforzar la imagen progresista e igualitaria del socialismo. Configurándose como una de las formas de propaganda más eficaces, como un mero instrumento. Hablemos aún más claro; la mujer es utilizada para hacer ver que se cumple con lo que uno dice. No hay más. Nombrar a una mujer embarazada y en la treintena ministra de defensa puede ser la medida más acertada del mundo si esa persona ha demostrado su sobresaliente capacidad de gestión en ese ámbito. Nombrar ministra de defensa a alguien que se caracteriza por su completo desconocimiento del mundo militar y ha manifestado en más de una ocasión ideas poco proclives a las fuerzas armadas, sólo puede responder a oscuros intereses. En este caso, a la propaganda fácil y barata.

Aquella que cient@s de ingenu@s consumen y aplauden como pienso comen los burros.