miércoles, 14 de mayo de 2008

Cansancio

Cansancio, un enorme e insoportable cansancio. Eso es lo que sentimos cada vez que, por maldita desgracia, tenemos noticia de un nuevo asesinato a manos de ETA.
Lo peor, es que ese sentimiento no es despertado en exclusiva por la banda terrorista y sus más que cobardes métodos de actuación, sino que a él contribuyen, y mucho, nuestros representantes políticos.

Las inagotables referencias al manido y desgastado ideal de democracia en conjunción con el Estado de Derecho han acabado configurándose de manera mecánica como una parte imprescindible del protocolo que acompaña estos terribles hechos. Si son apreciadas con la más absoluta normalidad por parte de la población en general, resulta lógico que infundan poco temor en sus destinatarios últimos.

Una persona de 25 años de edad lleva con facilidad 15 escuchando este tipo de reacciones. "Derrota del terrorismo" suele decirse. Una derrota que a pesar de las ilegalizaciones de partidos y las detenciones de terroristas no parece cercana. ¿Qué ETA y todo el sucio entorno abertzale ha sido vencido desde el plano moral? Por supuesto, pero esa victoria viene de antaño, casi desde que la organización cometió su primer atentado mortal, y desde luego no se debe a los valores enfrentados por nuestra clase política.

Y lo principal, ¿sirve esa derrota ética de consuelo a la familia del último guardia civil asesinado?